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sábado, 18 de enero de 2014

La evolución del concepto de servicio en la PYME del siglo XXI

Sin importar el tamaño de las compañías, estas siempre han entendido que el servicio, como herramienta; es una autopista pavimentada con puerto final en escenarios prósperos de competitividad y éxito. No hay un solo ejecutivo que se atreva, sin riesgo de ser tildado como un loco, a debatir esta tesis. Es necesario prestar un buen servicio. Mejor aún, un buen servicio, no es suficiente. Debemos prestar un excelente servicio.

Si todos estamos de acuerdo en este punto, donde está el problema? la brecha entre empresas se genera desde la concepción que cada una tenga de lo que significa el concepto de servicio. Existe un sin número de formas de entender lo que es prestar un buen servicio al cliente al tiempo que se dan no menos maneras  de hacer efectivo o ejecutarlo de cara al mercado.

Aunque parezca insólito, aún existen líderes que piensan que los compradores (no son vistos como clientes) deben llenar una serie de requisitos para que sean dignos de ser atendidos por sus compañías. Este pensamiento es típico en compañías medianas (nada pequeñas) que han vivido épocas de opulencia y éxito durante las que han podido amasar fortunas que les hacen sentir que los tiempos no han de  cambiar para ellos. Les tenemos una noticia…cambiaran.  Para bien de la industria, no son muchas las empresas que llevan esa línea de pensamiento de manera consciente aunque son muchas las que lo hacen sin darse cuenta

Centrémonos en aquellas compañías que han reflexionado y que están convencidas de que deben trabajar en función de sus clientes. El concepto de servicio ha tenido una evolución vertiginosa en los últimos veinte años. Podemos identificar esta ruta en función de cuatro estadios básicos de ese andar:
1.     Disponibilidad. Este es el primer paso del servicio. Las compañías que están en este momento de su madurez, entienden que la clave para dar un buen servicio “está en tener de todo”. Según este concepto, al cliente nunca se le puede decir NO y este, SIEMPRE tiene la razón.

Esta es una etapa básica del servicio que causa alegrías y satisfacciones en los clientes pero que no genera fidelidad de parte de estos  pues los compradores estarán con el proveedor mientras este tenga lo que él quieren o les dé la razón en todo. Los clientes, en este punto, tienen la tendencia a tornarse tiranos con el proveedor  sin valorar los esfuerzos de este por generar satisfacción. 

Este es el esquema usado generalmente por las tiendas de barrios, donde la tenencia del cliente, obedece únicamente a la conveniencia de este. También podemos observar en pequeños proveedores industriales o institucionales que son literalmente  “exprimidos” por sus clientes

2.     El segundo paso en la maduración de los conceptos de servicio se da cuando los proveedores empiezan a desarrollar acciones para hacer que sus empleados sonrían de manera automatizada frente la presencia de sus clientes. Esto es lo que llamamos marketing de sonrisas. El proveedor centra su valor en la relación con su cliente; en algunos casos se busca generar amistades con estos. Se contratan vendedores que logran llevar relaciones cercanas o que son recomendados por los clientes mismos. Una manera de identificar si nuestra compañía está en este escenario, es identificar si sus asesores comerciales le piden favores a los clientes para lograr un pedido. No hay favor que no se deba pagar



La gran mayoría de las compañías se encuentran en este estadio de evolución. Es necesario que nuestra gente sea amable, pero no es suficiente. La oferta de valor debe cumplirse. De nada sirve que le digamos amablemente a nuestros clientes, que no vamos a poder cumplir con lo que hemos prometido

3.     Generación de experiencia. Llegar a este punto es un gran paso. Ser capaces de lograr que nuestros clientes vivan un gran momento cada vez que se acercan a nuestra oferta, es un paso que no es fácil de dar. Poder llegar a este punto, significa conocer muy bien la naturaleza de los clientes y sus motivaciones. Todos regresamos a ese sito donde vivimos una buena experiencia pues la adrenalina del placer es adictiva.
Generar y construir experiencias no es nada fácil. Se puede caer en lo superfluo e irrelevante, sin embargo, lograr entregar una vivencia especial; genera las fidelidades más sólidas.

4.     Transcendencia. Solución de problemas para el cliente aun cuando este no sabe que los tiene o que los va a tener. Este es, quizá el punto más alto de la evolución del servicio. Significa pensar por el cliente, estar atento no solo a sus necesidades de hoy y de mañana, sino a los problemas que él debe o deberá solucionar en el futuro.

Que pensaríamos de una ferretería o depósito de materiales que le vende una bolsa de cemento a un ama de casa que hará una reparación en su hogar y le ofrece el servicio de limpiarle todo el polvo que este material le generará?
Los almacenes de ventas de colchones, han pensado que debe hacer un cliente con el articulo al momento de deshacerse de el? Sería posible, al momento de vender un colchón ofrecer el servicio de recogerlo cuando el usuario quiera  desecharlo?
Algunos talleres de servicio ya están ofreciendo la posibilidad de recoger y retornar los vehículos con grúas en los días de pico y placa para que los usuarios no usen los pocos días activos que les permite la legislación para usar su carro, llevando estos a un taller.

Este cuarto estadio es realmente la evolución al día de hoy. No es necesario que estos verdaderos valores agregados se den manera gratuita. En cada uno de los ejemplos expuestos, los clientes estarían dispuestos a pagar algo por ese valor adicional recibido


En qué etapa esta nuestra compañía?