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domingo, 13 de abril de 2014

Planeación, prospectiva y PYME

Es razonable que pensemos en vivir el futuro como parte del presente? Es posible que  esta expresión nos parezca extraña y que se convierta en una contradicción filosófica que solo nos haga pensar que nos hemos vuelto locos. Así mismo, es cierto que una gran cantidad de las PYME y sus empresarios tienen la tendencia de vivir el presente como si el futuro no fuese a llegar nunca.  

Los procesos de planeación y prospectiva nos dan la pauta que le permitiría  a la empresa llegar a  escenarios futuros esperados. La prospectiva es la rama del pensamiento que define las herramientas de visualización y construcción de escenarios de futuro desde el supuesto que este puede ser inducido y que no es necesario solo esperar a que llegue con el alto nivel de incertidumbre y riesgo que esto trae consigo. Es una herramienta de inmenso valor que muy pocas PYME han empezado a utilizar pero que deseamos poner en conocimiento suyo como alternativa de planeación.

Desde la óptica del pequeño empresario, por lo general el futuro se muestra como un enigma confuso y de difícil deducción. Esta visión lo llena de temor, lo hace extremadamente cauto, tímido ante la inversión y la apertura ante nuevos escenarios de negocios.
Las compañías tienen diferentes alternativas para desarrollar sus esquemas de planeación de cara a la construcción de futuro. Pueden desarrollar planeación por circunstancias y de esta manera esperar que los diferentes hechos se vayan dando y sean solucionados en la medida en al que se presenten. Aunque nos suene extraño, es necesario que seamos conscientes que la gran mayoría de las compañías actúan de esta manera. No debemos pensar que esta forma de actuar debe ser considerada como equivocada, pero sin duda, no suma a la construcción intencional del futuro. Una variante de este esquema de planificación consiste en esperar a que se den hechos contingentes o que se presenten problemas u oportunidades que nos encausen hacia nuevos escenarios llevados por el impacto de los hechos que se dieran. Esta manera de  actuar nos lleva a que el futuro se parecerá mucho al presente pues literalmente, nace del mismo. Esto no es un error si estamos contentos con el presente que vivimos;  aunque por lo general,  todos  esperamos que los tiempos por venir sean mejores que los actuales. No debemos extrañarnos al pensar que muchas compañías realizan panificación por azar. Estos empresarios opinan que el futuro es incierto y no podemos hacer nada para inducirlo. No debemos preocuparnos por el futuro pues no ha llegado y tampoco debemos preocuparnos por el pasado pues ya es un hecho cumplido. Al pensar así, solo nos queda vivir el presente y dedicarle todo nuestro esfuerzo e interés. Las PYME que asumen este estilo de pensamiento pueden ser exitosas por años pero eventualmente sucumben ante variaciones en los escenarios de competitividad pues no logran ver más allá del presente que viven y por el que luchan.



Para poder anticiparse a los hechos por venir, es necesario que el empresario tenga en cuenta hay maneras  de construir el futuro y no solo esperarlo. Esperar el futuro sin hacer parte de la construcción del mismo es frustrante y por demás, aterrador.  Es necesario que la compañía sea parte del futuro mismo desde la creación hasta la participación en cada una de las etapas de consolidación de los nuevos escenarios. Esto se logra colocando el negocio en el futuro esperado para sentir y vivir en el presente, lo que sería un estado que aún no se ha dado pero que está por llegar y que debemos asegurar si es lo que deseamos.


Posteriormente, es necesario explorar las etapas que debieron haberse cubierto para y construido para asegurar la llegada a ese escenario que acabamos de ver y sentir pero que aún no ha llegado. Para ir a un sitio, hay que empezar por estar ahí, es necesario conocer el futuro esperado y luego repasar estratégicamente los pasos y etapas que se debería alcanzar para construir ese estado futuro deseado