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domingo, 18 de enero de 2015

Pensamiento, cliente y PYME

No ha pasado mucho tiempo desde esas épocas en las que lo proveedores y dueños de marcas pensaban que podían manipular la mente de los clientes y consumidores para influenciar sus decisiones a de compra a favor de aquellos productos hacia los que existía un claro interés de que fueran adquiridos de cualquier forma. Eran los tiempos de la manipulación de la mente del consumidor en los que los compradores adquirían bienes y servicios llevados por motivaciones con altísimos componentes emocionales. La emotividad sigue haciendo parte de la vida de los compradores, pero hoy por hoy, esta no ciega a la razón.

La PYME debe lograr colocarse en la avenida de pensamiento de sus eventuales clientes con el fin de  interceptar la intención de compra de los mismos. Para esto es necesario conocer cuáles son los intereses y expectativas de los compradores de cara a sus proveedores, no solo de cara a los productos. Entender esto, significa tener mayores posibilidades de ser escogido, no solo por lo que se ofrece, sino por lo que representa el valor que entrega el proveedor del mismo. Los clientes valoran la seriedad,  la coherencia y la consistencia; esto se traduce en una sola palabra: respaldo.



Los seres humanos tememos ser defraudados, por eso, siempre estamos tomado decisiones bajo la premisa de reducir nuestros riesgos. La frustración producida por la pérdida de valor  es altamente impactante para todas las personas. Como ejemplo de esto, revisemos dos casos de la vida cotidiana:
Cuando el país, se encuentra en época de elecciones para cargos públicos, los políticos hacen grandes esfuerzos por mostrar las encuestas de la manera en la que ellos se vean con el mejor desempeño posible. Esto se hace con el fin de mostrar que una gran parte de los ciudadanos los respaldan y de esta manera dar razones de juicio a los indecisos. Si muchos votaran por este candidato, por algo será. Esta frase, llegará a la mente de muchos votantes. Algunos ciudadanos también usan la táctica de votar por el que va punteando en las encuestas para “no perder el voto”. Esto es miedo a la frustración de la mano de la pérdida de la acción realizada.

De otra parte, en temas más divertidos, se observa como algunas personas al llegar  a ver un partido de cualquier deporte en el que no tienen equipo de preferencia, de inmediato se inclinan por aquel que lleva la delantera. El cerebro ha tomado la decisión de reducir el riesgo a la frustración generada por perder.

El proveedor tiene, entonces la responsabilidad y, más aun, la necesidad imperiosa de darle al cerebro del cliente la tranquilidad de que no va a perder o que al menos reducirá su riesgo hasta niveles tolerables.
El cliente de hoy espera de su proveedor, que este asuma posturas tranquilizadoras y generadoras de confianza como:

1. Ser personalmente responsable con los resultados esperados. El proveedor no se desentiende del producto una vez este es adquirido. Esta cerca a su cliente para recibir su silencio o una queja si es el caso.

2. Entender el negocio o necesidad y poder así asesorar al comprador  para guiarlo en hacia la mejor alternativa posible para el usuario al margen de los intereses del fabricante.

3. Estar de su lado. El cliente espera que el proveedor del Siglo XXI sea un profesional que entiende que realmente (aunque suene cliché), el comprador es más importante que el vendedor.

4. Diseñar la aplicación correcta para cada necesidad. Es claro que no todos los productos se diseñan de manera personalizada, pero las alternativas de compra si se pueden ajustar a una serie de alternativas en las que los clientes encuentren la opción más adecuada. No se trata de personalizar, se trata de dar alternativas.

 5. Estar disponible fácilmente. El proveedor no puede permitir que al cliente llegue la idea de que fue muy fácil encontrarlo para comprarle pero no tanto para solicitarle apoyo posterior a la compra.

6. Resolver sus problemas. Definitivamente esta expresión habla por sí sola. Casi se puede decir, que con esta frase se resumen todas las expectativas mencionadas anteriormente.



Desde la gerencia y la dirección de  la PYME, todas estas necesidades se ven reflejas en la necesidad que tiene su cliente de que la dirección de la compañía:

1. Establezca relaciones duraderas con los clientes. Ninguna compra es un negocio de una sola vez

2. Cree estructuras ágiles de manera que se den respuestas concretas, coherentes y sobre todo, a tiempo

3. Logre vendedores comprometidos para que sean capaces de leer y entender todos los elementos de valor que requiere el consumidor de hoy

5. Aproveché la tecnología de manera que el comprador se vea beneficiado de todos los avances que se ofrecen en diferentes ramas de la productividad.


No piense que al comprador no le interesa el proveedor, su historia y su manera de hacer negocios. No es suficiente con que los bienes y servicios ofrecidos cumplan con las necesidades de los clientes. La PYME, debe hacerlo también.