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domingo, 18 de mayo de 2014

Los sueños de la PYME - Prospectiva

Pocos momentos generan tanta expectativa en la vida del ser humano como lo hace la apertura de un nuevo negocio. La inauguración de nuestro negocio personal solo puede ser equiparable con el nacimiento de un hijo. Con guardadas y razonables medidas de comparación, podemos decir que las emociones involucradas en los padres y en los propietarios de un negocio; son muy parecidas al momento de verlos nacer. En ambas circunstancias nos llenamos de emociones y de expectativas acerca del futuro que se nos viene encima. Crecerá sano? Seré capaz de llevarlo por buen camino para que de los frutos que todos esperamos? En fin, son muchas las inquietudes que tenemos o que se nos vienen a la mente durante ese nacimiento. Estas inquietudes lograran amainarse en la medida en la que seamos capaces de plasmar nuestros sueños en ese escenario etéreo y ambiguo al que llamamos realidad.

Los sueños corporativos no son etéreos, por el contrario, son concretos y concisos. Para definir estos sueños debemos pensar en ese escenario en que deseamos ubicarnos luego de un tiempo determinado. El lapso de tiempo adecuado para colocar los sueños en el espacio anhelado depende de la dinámica organización. Debe ser un espacio tan amplio que nos permita alcanzar a cumplirlos pero no tan lejano que lo perdamos de vista. Algunos autores estiman que los sueños corporativos se pueden proponer en un lapso de distancia en el tiempo de tres a cinco años
Los sueños deben estar conformados por una amalgama de regalos que nos queremos entregar luego de haber cumplido con nuestras tareas. El paquete de sueños, que no debe ser de más de cuatro o cinco de ellos, debe considerar los siguientes elementos:
Al menos uno de los sueños debe encaminarse hacia lo que queremos que nuestros colaboradores sientan por la organización. En este caso, los valores de orgullo y lealtad juegan especial preponderancia. Es decir, uno de nuestros sueños puede ser lograr que nuestros colaboradores se sientan orgullosos de trabajar con nosotros o alcanzar un nivel de lealtad en nuestros empleados que haga que nuestra compañía se convierta, de verdad, en una familia.

El segundo de los sueños deberá orientarse a nuestros clientes. Como queremos ser reconocidos por ellos. Como queremos que nos vean. Este sueño es de altísimo valor pues orientará nuestro lenguaje de cara a los clientes. Todas nuestras acciones comerciales y los planes de comunicación publicitaria deberán ser consistentes y coherentes con este sueño

El tercer sueño tiene que ver con nuestros deseos de lucro. Cómo queremos ver nuestros bolsillos al final del periodo? No debe darnos vergüenza hablar de esto. Al fin y al cabo para eso fundamos la compañía. Debemos dejar claramente expresado el nivel de sostenibilidad que esperamos. Esperamos hacernos ricos? Esperamos tener una compañía que permita que nuestras familias y las de nuestros empleados tengan un vida digna? Debemos ser claros en el nivel al que deseamos llevar a nuestra compañía en cuanto a ingresos sin perder la noción de la realidad y las reales posibilidades de la empresa y de nosotros mismos.
El cuarto de los sueños deberá enfocarse a definir la posición de mercado que deseamos alcanzar. Debemos dejar claro si queremos ser líderes de una categoría o si deseamos y podemos ocupar otra posición. Debemos expresar nuestro deseo o interés de reconocimiento corporativo frente a nuestros competidores


Una vez se han plasmado los sueños en un documento formal, es importante que todos en la organización  los conozcan y se identifique con ellos. No los guardemos  en un cajón o por el contrario, no llevemos a cabo la típica acción de enmarcarlos y colocarlos sobre el escritorio de la gerencia pesando que de esta manera serán incorporados por todos. Debemos entenderlos y más que eso, vivirlos.


La única manera de predecir el futuro es construyéndolo y siendo parte de él

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