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lunes, 26 de noviembre de 2012

Paso a paso para lograr que su producto se diferencie de la competencia en las PYMES.




Con mucho temor de desilusionar al lector, debo decir; en contra de que Ud decida dejar de leer este artículo en este momento, que yo mi opinión respecto a la llamada diferenciación es radical y generadora de discusiones cada vez que la expongo. Yo pienso que la diferenciación en bienes... no existe. Cuando digo que la diferenciación en bienes no existe, alcanzo a arrepentirme de lo radical de mi comentario y corrijo parcialmente: la diferenciación en bienes, si llegase a existir, es fácilmente alcanzable en el corto plazo. Mejor?  Espero que si. Como soporte a mi posición, le pregunto al lector cuanto tiempo cree que le duro la diferenciación al I Pod o al I Pad? Pues muy poco. Solo en algunas semanas el mercado estaba inundado de cientos de dispositivos con tantas o mejores aplicaciones que los dispositivos de la manzana. Estos seguidores habían sido, inclusive capaces de mejorar algunas de las características de los pioneros a precios sustancialmente reducidos. Entonces, los productos diferenciados solo quedan para algunos nichos pequeños, aunque  ricos en valor pero de difícil acceso debido a las grandes inversiones operaciones que es necesario llevar a cabo para poder llegar a ellos?

Como complemento de esta posición, podemos decir que en los negocios  de servicios, la diferenciación se hace mucho más palpable, más evidente. Esto sucede debido a la participación del componente humano de cara a la prestación de una gran parte de los  servicios. Este aporte; la participación de las personas, es el gran generador de diferencias. No el producto en si. Existe realmente una diferencia entre las condiciones de servicio de un operador celular u otro? No. Realmente, no.  Lo que hace la diferencia, es realmente la manera como somos recibidos en las oficinas al momento de desear un servicio adicional o de presentar una queja. Si hubiese algún tipo de diferencia de orden tecnológico entre los operadores, esta seria alcanzable con relativa facilidad por el operador rezagado.

Mi propuesta consiste en que lo primero que debemos decidir es cual es el tipo de diferenciación que querremos llevar a cabo. La diferenciación se puede basar en tres elementos fundamentales: La oferta, la entrega y la imagen.

Mi opinión, poco acogida por los ejecutivos que tienen la ilusión de que sus productos sean recibidos por los clientes como algo único, se refiere fundamentalmente a la diferenciación basada en la oferta en la que el productor pone todo su esfuerzo en fabricar algún artículo o producto que nadie en el mercado posee. Aquí inician las desilusiones pues tal como reza el adagio popular, “cada madre piensa que su hijo es el más bonito de la cuadra” y esto no permite apreciar de manera objetivo las cualidades de los competidores. Tenemos la tendencia a menospreciar los elementos de valor de los competidores considerando que    los clientes aprecian lo nuestro y no tanto lo de los demás. Este es un error fatal que lleva rápidamente al fracaso y en muchas ocasiones, a un fracaso sin aparente razón pues no logramos entender las razones por la que no somos escogidos por nuestros clientes.

La diferenciación basada en la entrega tiene que ver con el hecho de que el mercado estará dispuesto a escoger al proveedor que asegura la entrega en los tiempos esperados, inclusive por encima de una oferta de aparentemente mayor relevancia. Como ejemplo cásico de este tipo de diferenciación encontramos a dos grandes monstruos de la comida rápida: McDonads y Dominos Pizza. Estoy seguro en que coincidimos que estos fabricantes no ofrecen los mejores productos del mercado (al menos no para mi) pero al mismo tiempo, estaremos de acuerdo en que el mercado los premia con su selección en no pocas ocasiones  y en muchas ocasiones bajo la premisa de que sus productos serán entregados rápidamente y que no habrá sorpresas. Los estándares de calidad están garantizados. El cliente sabe, sin lugar a la menor duda,  que tipo de producto tendrá sobre la mesa. Es un tema de seguridad y confianza por encima de los atributos funcionas de producto que, al ofrecer tranquilidad, logra alcanzar enmarcarse bajo el titulo de diferenciado.

La diferenciación basada en la imagen tiene que ver con el valor de las marcas como fuente de diferenciación. Esto explica porque escogemos a un producto por encima de otro solo por la marca aunque funcionalmente no exista mucha diferencia. Las marcas y su poder representan una de las fuentes mas poderosas de diferenciación pues nos atraen y acogen alrededor de ellas mismas. Las marcas tiene el poder suficiente para generar grupos de culto que acogen a sus clientes de manera que estos sienten la diferencia que representa ser usuarios de la misma. Este elemento es el que genera la diferenciación y el que, por ende, logra la satisfacción.

No quiero decir que no sea de relevancia buscar la manera de tener productos que funcionalmente pisen los límites de lo que llamamos  diferenciación, sin embargo, como lo he mencionado, esta no es una tarea fácil y posiblemente frustrante. Fortalecer marcas es también una tarea titánica. Mi recomendación tiene que ver con el hecho de que si queremos trabajar en la diferenciación desde la PYME, la mejor manera de hacerlo es desde la entrega; fortaleciendo nuestra propuesta de valor en términos de la calidad de servicio. Esto hace diferencia y construye un esquema de valor de difícil manera de copiar. Debemos aprovechar la ventaja que nos da el tamaño para trabajar en nuestra diferenciación. Diferenciación al alcance de la PYME


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