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lunes, 24 de noviembre de 2014

El servicio posventa como fuente de valor en la Pyme del futuro


Los clientes y consumidores se encuentran cada día conque la tecnología ha hecho que la calidad funcional de los productos que adquieren  sea equiparable entre sí. Es decir, en la mayoría de los casos, no es posible decir que los productos se clasifican en buenos y malos. Lo cierto es que cada marca – compañía ha hecho su mejor esfuerzo por ofrecer un articulo o servicio en óptimas condiciones con el fin de llamar la atención de los potenciales clientes, quienes, a su vez han afinado sus herramientas como compradores inteligentes y asertivos en un escenario inundado de alternativas similares. Que elementos de juicio posee el cliente entonces para tomar su decisión y asegurarse de no equivocarse? Sin lugar a dudas la principal herramienta con la que se cuenta es la información. Estamos en el siglo del conocimiento como fortaleza en diferentes escenarios de vida. El comercio no es la excepción.

Es posible afirmar, sin riesgo de errar, que el consumidor actual hace sus compras luego de buscar algún grado razonable de conocimiento frente a la transacción que se dispone a llevar a cabo. El nivel de información necesario variará dependiendo del grado de involucramiento que la compra le genere al consumidor. Los artículos o servicios de alto involucramiento o envolvimiento son los que demandan más conocimiento por el alto nivel de inversión. El cliente estará dispuesto a hacer varias cotizaciones, investigar y preguntar muchas veces antes de hacer la compra. Los artículos de bajo envolvimiento no consideran una profundidad mayor por parte del cliente antes de adquirirlos. El consumidor los llevará con un razonable nivel de conocimiento pues hay una baja inversión de dinero ellos, sin embargo, el clientes buscará la manera de cuidarse de una frustración. El cliente de hoy, considera su canasta de compras como un espacio privilegiado solo guardado para los mejores.
Todos los elementos que suman al hecho de que los clientes abran los espacios de consumo y se decidan a adquirir los productos, están asociados con la “tranquilidad” que esta compra les genere. LA tranquilidad se hace manifiesta como la necesidad que tiene el cliente de:

1.       No ser engañado.

2.       Lograr un pecio justo. No necesariamente el más económico. El precio justo

3.       Sentir que el proveedor estará ahí, aun después de realizada a compra

La adecuada combinación de estos tres elementos constituye la opción más clara de hacer parte del abanico de elección de nuestros clientes. El punto tres tiene que ver con la necesidad que todos tienen de no ser abandonados en ninguno de los escenarios de la vida. En términos de la relación cliente – proveedor, estos es servicio posventa. Las compañías centran, generalmente, sus actividades de posventa en la reparación de los productos vendidos pero hacen poco énfasis en el servicio posventa sobre el cliente mismo. Las acciones a las que se hace alusión son:

1.       Adiestramiento de los clientes. Los fabricantes ahorrarían millones de pesos si invirtieran unos pocos en enseñar a sus clientes a hacer uso adecuado de los bienes adquiridos o a entender que esperar de los servicios recibidos

2.       Información de avances. No hay nada más preocupante y estresante para un cliente que el silencio.  Los fabricantes escuchan a diario expresiones tales como: … si me lo hubiera dicho, no estaríamos en estas

3.       Manejo de quejas. Aunque la teoría siempre ha dicho que una queja es una oportunidad, lo cierto es que en la gran mayoría de los casos, las compañías las considera un problema.

Frente a los problemas que se presentan luego de adquirir los productos, los clientes tienden a comportase de cuatro maneras diferentes

1.       Los que desean llegar hasta el final de las cosas y que se mueven por su afán de vengarse del proveedor que los ha llevado a esa situación. Para estos, las redes sociales y los elementos de apoyo de la legislación, son su principal arma
2.       Aquellos que desean hacer parte de la solución y que dan los detalles de los problemas para que sean tenidos en cuenta. Para estos, la clave se centra en la atención que se les preste. Si no se sienten atendidos pueden hacer parte del primer grupo pues se siente menos preciados
3.       Aquellos que no se quejan. No lo hacen por motivos variados como su tipología.  Pueden pensar que los trámites son engorrosos, consideran que la falla es fruto del azar y que no se puede hacer nada por solucionarlo, por experiencias previas o porque el nivel de inversión es insignificante para ellos. En la mayoría de los casos, estos clientes se pierden
4.       Aquellos que no se quejan ante nosotros ni lo hacen antes las redes sociales pero llevan dentro de si un gran nivel de frustración que estallará en cada escenario social o comercial en el que se dé la oportunidad. son embajadores negativos de nuestra marca pero no tiene un plan de venganza contra nosotros. Simplemente están agazapados ante la oportunidad de destruir nuestra imagen


Para entregar tranquilidad a nuestros clientes no es necesario hacer parte de grandes compañías. Realmente solo hace falta honestidad y capacidad para escuchar empáticamente a los clientes. De hecho, el mayoría de los caos, las Pyme , tiene la posibilidad de entregar con más tacto un especial servicio posventa

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