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jueves, 26 de abril de 2018

APORTES SMALL DATA / MARTIN LINSTROM POR JAIME ENRIQUE VINCHIRA SALAZAR



Las personas y comunidades alrededor del mundo son un reflejo del contexto donde se desarrollan y conviven. En biología, una expresión simplificada que suele emplearse con fines pedagógicos manifiesta que el fenotipo de un determinado organismo, entendido como el conjunto de características visibles que un individuo presenta, es igual a la sumatoria de su material genético o genotipo, más el ambiente —en un sentido amplio, no únicamente visto desde el punto de vista climático— donde se encuentra el individuo, más la interacción entre el genotipo y el ambiente. De tal modo, existe una permanente asociación entre dichos elementos que define las características de un individuo.  

Es posible hacer una analogía con dicha expresión para referirse a las personas y comunidades. Las características físicas, culturales y emocionales de las personas responden a la asociación entre los individuos con el ambiente o contexto donde se desarrollan: condiciones geográficas, demográficas, económicas, políticas, religiosas, etc. Entender y reconocer este principio es determinante al momento de abordar una problemática o iniciativa de cualquier tipo, desde luego incluyendo a los negocios; ignorar este enfoque en el mundo de los negocios puede conducir a errores por criterio de autorreferencia con implicaciones negativas de tiempo, dinero y esfuerzo.
Para el consultor y observador de pequeños datos Martin Lindstrom es claro el principio de contexto y comparte una de sus experiencias por el mundo —en Siberia, lejano oriente ruso—­ en la cual mediante investigación de contexto logró identificar y asociar “pistas” de la cultura rusa en la búsqueda de una propuesta exitosa de negocio.
De acuerdo con Lindstrom, Rusia es un país que tiene muchas cosas de su agrado, sin embargo, reconoce que la vida en el lejano oriente ruso es difícil y el clima es extremo, es perceptible un aire de hermetismo, desconfianza, represión, inconformismo y ausencia de “color”; la observación cercana del contexto y detalles como la forma de los vecindarios, el aislamiento de las puertas, el posicionamiento de imanes en los refrigeradores de los hogares, las relaciones personales dentro y fuera del núcleo familiar, el papel protagónico de la mujer en la fortaleza y cohesión de la familia, el labial rojo de las mujeres, entre otras pistas, le permitió definir dichas características. De forma interesante, la investigación de contexto no le permitió únicamente hacerse una idea de la cultura del lejano oriente ruso sino que identificó “desequilibrios culturales” expresados en forma de deseos que fueron la base para la definición de su idea exitosa de negocio, un medio de comercio electrónico honesto y confiable en Rusia, “Mamagazín” la tienda pensada y dedicada de las madres rusas y sus hijos. De esta experiencia se resalta que bajo el análisis del contexto “un nuevo concepto de negocio tiene sus orígenes en una exageración o desequilibrio cultural —demasiado de algo o muy poco de algo—. Mediante la recolección de pequeños datos es posible averiguar cuál es la necesidad y como debe atenderse”. De tal modo, el enfoque de investigación de contexto tiene aplicación en diferentes escenarios de las relaciones económicas y de mercado.
Colombia es un país con una diversidad cultural, geográfica y ambiental que no se presenta en otras latitudes del mundo. Esta diversidad permite la manifestación de diferentes entornos de negocio con retos y complejidades asociadas a los diferentes “sub contextos”. El sector agropecuario del país representa una actividad económica relevante en la producción nacional, como se deriva de información del Departamento Nacional de Estadística de Colombia que destaca a la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca como actividades que jalonaron el crecimiento de la economía del país —para el año 2017 el sector agropecuario tuvo un crecimiento de 4,9%, por encima del crecimiento promedio de la economía que fue de 1,8%—. La agricultura y la producción pecuaria no sólo representan actividades que contribuyen a la economía y seguridad alimentaria de una nación, sino que también son un medio para la transferencia de saberes ancestrales, la construcción de tejido social y la generación de nuevos interrogantes de investigación sobre la riqueza natural disponible.

En el caso de la producción ganadera nacional, es posible identificar diferentes tipologías (doble propósito, ceba, cría, lechería especializada) distribuidas en la geografía nacional que responden a las características circundantes de las regiones donde se encuentran los sistemas ganaderos; el concepto de tipología se relaciona con la clasificación de los sistemas de producción en función de su objetivo productivo y estructura —disponibilidad e interacción de elementos que lo conforman y la relación con el entorno, particularmente el mercado­—. Existen factores adicionales que han afectado seriamente la actividad ganadera como la fuerte desigualdad, violencia, pobreza, falta educación de la población rural, corrupción e insuficientes políticas públicas para lograr mitigar y solucionar dichas problemáticas. Estas influencias de contexto se expresan en algunos sectores de productores en forma de inconformismo, prevención, desconfianza y visión limitada de empresa que se evidencian en la forma de manejar las ganaderías y la percepción negativa que tienen de las instituciones.

En respuesta a dichas dificultades surgen posibilidades de cambio mediante el establecimiento de mecanismos de asociatividad, nuevas formas de comercio  —incluyendo medios virtuales—, generación de productos con denominación de origen, transferencia de saberes y educación bajo enfoques territoriales, teniendo en cuenta el potencial y fortaleza de los productores así como su deseo de generar desarrollo en las regiones y bienestar para sus familias.  Por otro lado, es común en diversos sistemas de producción que los esquemas de gestión y desarrollo de productos no tengan una visión amplia y vinculen al consumidor como actor fundamental en los modelos de negocio. Diversas experiencias en el mundo incluyendo los aportes de Lindstrom sugieren que es importante acercarse a los consumidores y explorar sus hábitos de consumo para encaminar efectivamente los esfuerzos de las empresas, como lo han hecho algunas agroindustrias del país —principalmente del sector lácteo, mediante el desarrollo de productos funcionales, bajos en calorías, diseños de empaque prácticos— que han comprendido estos elementos y han sabido aprovecharlos.

Teniendo en cuenta la relevancia del conocimiento y la educación en la población, el fomento la educación y lectura mediante material técnico y académico acorde a las características de las poblaciones contribuye en cierta medida al empoderamiento de las comunidades. Esta actividad es desarrollada por instituciones, centros académicos y compañías privadas en diferentes escenarios. En algunos casos es posible evidenciar como el desconocimiento de las realidades de contexto de las comunidades conduce a que estas iniciativas de transferencia de información no sean aplicables o no logren el impacto esperado debido al enfoque de la publicación —nivel de profundidad, aplicabilidad regional, recursos didácticos, entre otros—.


La sociedad contemporánea, rodeada de ambientes digitales y globalizados, se caracteriza por estilos de vida acelerados, de inmediatez, de amplio acceso a información y desinformación, de dependencia tecnológica —en ocasiones excesiva—, que se desarrolla en espacios de “ausencia de anticipación” donde es posible realizar múltiples tareas con tan sólo dar clic. Sin embargo, en el país persisten regiones donde el acceso a tecnologías de la información como el internet es nulo o limitado, el porcentaje de penetración de internet en el país se encuentra alrededor del 63% (Observatorio eCommerce, 2018). Esto no significa que no sea posible establecer mecanismos de transferencia de conocimiento, se requieren de estrategias creativas, innovadoras, económicas, prácticas y coherentes con las realidades de las regiones, con las necesidades y deseos del público objetivo, lo importante es no aplazar la educación como motor esencial del desarrollo de una sociedad.

El postconflicto representa una gran oportunidad para el desarrollo agropecuario de las regiones. Bajo un análisis de contexto, todo acercamiento entre las comunidades rurales y las instituciones para contribuir al establecimiento y acceso a oportunidades de emprendimiento y educación, bajo enfoques de sostenibilidad, acceso a herramientas tecnológicas, equidad y construcción colectiva —integración de recursos y saberes—, representan medios para mitigar los impactos de las nuevas formas de violencia, generar bienestar de las familias involucradas e incentivar el potencial del productor rural en nuevos escenarios de mercado. De forma similar a las familias rusas, en Colombia las necesidades, dificultades y expectativas asociadas al contexto donde se encuentran las personas conduce a que se expresen determinados comportamientos y manifiesten deseos de cambio, lo que representa una fuente importante de información que debe ser interpretada y aprovechada con el fin de generar bienestar y desarrollo para la población.

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