Conocer a cada persona o cliente en el mundo que
vivimos es una cuestión de necesidad, conocer lo que vivieron, lo que viven y
los que desean ahora, en este tiempo; para ofrecer una variable de experiencia
UN DESEO de producto.
Conocer a cada cliente es una cuestión de
necesidad, conocer lo que vivieron, lo que viven y los que desean ahora, en
este tiempo donde cada persona tiene expuesta (su vida) a todo en esta era de
informática.
No somos conscientes de los pequeños
datos que dejamos tras nosotros a diario, los rituales, hábitos, gestos y
preferencias que se unen para exponer quiénes somos interiormente.
Organizamos nuestra página de Facebook,
posteamos nuestra comida, lo tuiteamos, si nos gusta los platos grandes o
pequeños, llenos de verduras o llenos de dulce, que tipos de comidas nos gusta,
no nos fijamos que todos estos datos
pueden parecer de buenas a primeras indiscriminados, erráticos y demasiado
pequeños para tener demasiada relación con nuestras identidades y no nos damos
cuenta que estos “gustos” son lo que definen la personalidad de cada persona.
Como Lindstrom en Siberia vio la vida de
las personas de Siberia sobre todo de las mujeres a través de la nueva y
desconocida lente de los pequeños datos, y que se encontraban en los pequeños
imanes de las neveras o en sus labios pintados de colores, aquí también en
nuestro país en nuestra ciudad encontramos pistas reveladoras sobre las
personas más cercanas a nosotros, incluidos nosotros mismos. No importa lo
insignificante que pueda parecer inicialmente, todo en la vida nos cuenta una
historia.
La observación en persona y la
preocupación con los pequeños datos es lo que debemos implementar dentro de un
mundo preocupado con los grandes datos. La mayor parte de nosotros juzga
prácticamente todo en segundos, o minutos a lo sumo. Nos hemos vuelto
buscadores espontáneos y respondedores instantáneos. Conforme más servicios y
productos han migrado al universo online, y la tecnología nos
ayuda a comprender el comportamiento humano en tiempo real a nivel de detalle,
mucha gente ha llegado a creer que las observaciones y las interacciones
humanas son anticuadas e incluso irrelevantes. La realidad es que no conocemos
a nuestros clientes, damos un producto que sabemos compran por necesidad, pero
no buscamos las formas de con este producto lograr llegar a un deseo y con esto
fidelizarlo a largo plazo.
Así como en Siberia en Colombia la
mujer lleva una gran responsabilidad al ser quien domina por tema cultural las
riendas de la casa, hace los quehaceres y por ende el mercado. Es quien define
que come la familia y cuanto gasto realizará en las compras. Son las encargadas
de preparar recetas, y define que marca compra de acuerdo a lo que quiere y al
presupuesto que tenga definido. Aunque tenemos todavía este fenómeno machista
encontramos también hombres que definen que productos quieren y ya colaboran en
los quehaceres y definen marcas pero es todavía la tarea y la mayoría de
clientes de sexo femenino.
Determinar qué es lo que realmente
desean nuestros clientes para que a la vez podamos averiguar las maneras de
proveerlo es la tarea de las empresas de hoy, llegar a llenar esos espacios
esos deseos de nuestros clientes con nuestros productos o volver nuestros productos
un deseo. Saber que quiere una mujer o un hombre para su núcleo familiar es lo
que debemos buscar y saber en la prioridad de las empresas que trabajamos en el
retail.
El deseo siempre está ligado a una
vivencia de la niñez, a un olor, a un sabor, a un lugar y esto hace que cada
persona tenga un hueco que necesita llenarse: un anhelo que quiere cada persona,
que lo motiva a comprar a hacer algo y tener un comportamiento consciente o
inconsciente. Las mujeres buscan economía y calidad en todos los productos,
pero también la aceptación de su grupo social según las marcas o lugares donde
realizan los mercados.
El deseo de compra o el deseo en
general se manifiestan en cada persona o cliente de una forma u otras muchas veces
al día, con incontables caras y apariencias. Puede aparecer como deseo por
ahorrar el dinero, o por el estatus, o por la necesidad de pertenecer a un
grupo, la necesidad de mezclarse entre los demás o, alternativamente, de
destacar, en el mercado aparece en la necesidad de tener salud, optar por una
experiencia saludable y retornar al campo y poder seguir disfrutando de la
buena comida.
Todas las personas ansiamos la
seguridad del pasado lo ecológico y sostenible lo que tenga sabor a campo, lo
cual es un deseo, y la promesa del futuro, para nosotros como empresa, el poder
mostrar a los clientes en qué
condiciones tenemos nuestros productos desde las granjas y como alimentamos las
gallinas para ofrecer en este momento de tanta oferta un producto con bases en
la producción de los abuelos pero mejorada desde el punto más importante de
seguridad sanitaria.
Debemos trabajar en cada lugar, almacén
o barrio una versión acelerada de la antropología etnográfica, o participativa,
siendo la diferencia que, logremos esa cercanía al cliente que aún realiza sus
compras, conseguir observar los pequeños
datos, y basarnos en las herramientas que nos da la era tecnológica llegando a
lo más profundo del ser de nuestros clientes, saber que quieren y sobre todo de
nuestras clientas mujeres, conocerlas desde los almacenes buscar el
acercamiento y que tengan la mejor experiencia con nuestros productos,
mostrándoles con videos como somos y a dónde queremos ir con ellos.
En los almacenes tenemos la ventaja de
interactuar con los clientes que mercan, hablar con ellos lograr una relación
momentánea con una degustación, lograr sonrisas de las mujeres y de sus
familias, conocer cuántos integrantes son, pero los mínimos detalles se
lograrían con permiso al poder incluirlos en una base de datos para llegar a
sus emails que serían las neveras de Siberia, lograr abrir los cajones del
escritorio y los estantes de la cocina, llegarles por medio de recetas fáciles,
ideas para unas onces saludables, poder saber de nuestros clientes si tienen
gusto a la cocina, si tienen libros, revistas o descargas de internet acerca de
comidas, buscar esos pequeños datos, que hacen conocer los deseos profundos y
poder hacer un énfasis en lo que más le gusta y proporcionárselos.
Nosotros como proveedores de un
producto tan básico nunca nos hemos realizado las preguntas que sugiere el
autor: ¿Qué deseos tenemos entre percepción y realidad, entre realidad y
fantasía, entre las fantasías conscientes y las fantasías inconscientes?
¿Cuáles son los desequilibrios dentro de una cultura? ¿De qué hay demasiado, o
demasiado poco? ¿Qué deseos no están siendo alimentados? Todas estas preguntas
enfocadas en el consumo en general y a la vez poderlo enfocar al consumo del
huevo.
La tendencia a futuro es no salir de
casa abastecerse con domicilios, comprar todo on line buscar satisfacer deseos sin tener la necesidad de salir de
casa tenemos por esto una tarea aún más fuerte para que los posibles
compradores nos busquen tanto on line
como de manera física y lograr llegarles por todas las rutas del comercio de
hoy.
Según fuentes de internet, a pesar de
que existen 3000 millones de internautas, a pesar del 70 por ciento de
compradores online que visitan Facebook a diario, y de las 300
horas de vídeos que se suben a YouTube al minuto, y el hecho de que el 90 por
ciento de todos los datos del mundo han sido generados en los últimos dos años,
Google, en última instancia tiene solo información limitada sobre los
consumidores, según fuentes en retail aunque se tienen bases de datos amplias y
con información de gustos de compra no se conoce íntimamente que impulsa a un
comprador a elegir una u otra marca además de buscar calidad, esto es lo que
debemos analizar cuando nos da la oportunidad de hablar directo con cada
cliente.
Para nosotros como proveedores de
productos de la canasta familiar en este momento es clave ser parte del mundo
On Line, debemos trabajar de la mano con los domicilios y/o Apps dedicadas a
facilitar los mercados a la generación que no sale de la casa y buscar como
hacer que su experiencia sea gratificante, como lograr llegar a sus casas
cuando no son ellos quienes realmente compran sino los intermediarios, para
esto nos toca enamorar primero a estos terceros con nuestros productos y
facilidad de encontrarnos en los almacenes y así llegar al consumidor final.
La mejor y más cercana aproximación de
quiénes somos como humanos proviene de mezclar nuestras identidades online y offline, y
de combinar grandes datos con pequeños datos. Teniendo en cuenta que el 90 por
ciento de lo que la gente transmite en una conversación son señales no
verbales, nuestras identidades más verdaderas pueden encontrarse estudiando
quiénes somos en nuestras vidas, culturas y países reales. Este amalgama de
gestos, hábitos, filias, fobias, dudas, pautas del habla, decoraciones,
contraseñas, tuits, actualizaciones de estado y más es lo que debemos buscar y
tener muy presente, esos pequeños datos.
La misión de nuestra empresa y mía como
responsable de marca es estar alerta, o completamente despierta, al mundo que
hay alrededor de nosotros, incluirnos y ser parte de todas las nuevas opciones,
buscar el acercamiento al cliente y hacerle ver los avances en los nuevos
métodos de crianza de las aves para una agricultura sostenible y con esto un
mejor producto a un precio adecuado, así mismo lograr mediante el lineamiento
digital evidenciar a los clientes de nuestra propuesta.
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