Vistas de página en total

martes, 6 de diciembre de 2016

De cuando conocí el marketing y el storytelling y otras experiencias de vida - Autora: Mónica Linares, médica de profesión, escritora de vocación. Docente universitaria, administradora de salud, innovadora, imparable.


Decidí estudiar medicina cuando tenía diecinueve años. Así nada más, guardé en el armario mi sueño de toda la vida de ser escritora y me dejé seducir por la irreal idea de convertirme en un ángel de bata blanca que salva vidas con tan sólo el tacto mágico de sus manos.
Confieso que, ingenuamente, también creí que la medicina sería la excusa para conocer de cerca y contar las historias de cientos de personas: mis pacientes.

Para la niña que era en ese entonces, entrar en el mundo médico fue fácil. Por más de 10 años sólo tuve que seguir las órdenes del líder con más experiencia. Y entonces mi vida se convirtío en la rutina de seguir órdenes y guías de prácticas clínicas, diagramas de flujo … recetas de cocina. Salvé muy pocas vidas (aunque fueron suficientes); la mayoría de veces sólo fui otro testigo mudo frente a la muerte inminente.

Pero la vida pasaba y el interminable camino de convertirse en médica sólo parecía alargarse con los días y cada día parecía hacerme entender que en ninguna parte del camino me iban a dejar pensar por mí misma, crear, escribir.
Resignada entendí que la medicina tiende a despersonalizar al médico y que la urgencia de la inmediatez de atender al paciente despoja al médico de todo para dejarlo solo con la responsabilidad de curar más pacientes.



Así nada más, tomé un camino alterno. La rutina médica ya no era suficiente para esta milenial con ansias de ponerse de ruana al mundo entero.

Emprendí un camino muy distinto que debí aprender a recorrer desde el principio; y en ese camino, un día conocí el marketing. Los miércoles en la noche, un maestro de la vida (que también se estrelló con el marketing sin buscarlo) me dibujaba en el aire y en el tablero la puerta de entrada a mi futuro.

  
Así nada más, el marketing llegó a mi vida para    marcar un punto final seguido de una mayúscula: un nuevo comienzo.

Todo empezó con el storytelling.

¿Cómo podría empezar a explicarles lo que sentí cuando encontré esta manera innovadora de contar historias de manera masiva, corta, llamativa y sexy? ¿este placer para los sentidos para esta mujer vintage, romántica y transgresora?

Porque, como lo dice David Gómez en su artículo “Qué es el storytelling y cómo usarlo en marketing” publicado en bienpensado.com, “storytelling  es contar historias y (…) aplicado al marketing, storytelling  es contar una historia relacionada con usted, su compañía, su producto o servicio, que genere una conexión emocional con sus clientes”.

D. Gomez además sostiene que las ventajas del storytelling van desde  generan confianza en el cliente, ser  fácil de recordar y de contar y brindar contexto a los datos hasta crear una mayor conexión con el cliente al apelar a su lado emocional y hacerlo amar las historias.

Una idea brillante, si me preguntan a mí.

Sin embargo, el storytelling como estrategia de marketing,  es mucho más que contar historias para vender un producto o servicio.
Para mí, es el punto de encuentro entre el capitalismo puro y duro y el arte más primal, entre la razón y la emoción.
Es un concepto ultramoderno, volver al origen para encontrarnos en este presente ultramoderno.

El storytelling es reconectarnos con nuestras emociones y nuestro lado femenino, hacer la paz con ellos y reconocer que en este mundo de desesperanza y guerra, en esta época en la que la democracia está perdiendo  terreno, una historia bien contada logra unirnos, logra movernos, logra hacernos sentir identificados con otros.

El storytelling es, además de todo esto, la manera perfecta para contar las historias que la medicina nunca me permitió contar.

Por otro lado, no dejemos a un lado el mayor potencial que tiene el storytelling: el enorme poder que tiene para influenciar a la gente.

Reconciada con la vida, entonces, decido recoger mis pasos caminados en estos diez años que han pasado. Nada está perdido. La medicina fue mi esposa por 10 años y, por esos 10 años, le fui completamente fiel. No más. Es hora de amar de verdad, la vida es muy corta para no hacerlo.
Me llevo conmigo, eso sí, lo que me sedujo de la medicina hace tantos años ya: el afán de hacer de mi vida una al servicio de los demás. La necesidad de influir sobre las personas. Ayudar.

Hace pocos días, escuché hablar al Dr. Andrés Aguirre, Director General del Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín –Colombia. Este elocuente personaje nos contaba sobre la experiencia que tienen en su enorme hospital al integrar las tecnologías de la información en beneficio de la relación médico paciente.

El Dr. Aguirre habló por mucho tiempo acerca de la importancia de nunca dejar a un lado la parte humana de la relación clínica, subrayando que es exactamente este humanismo el motor que hace funcionar su hospital.
Dijo: “pregúntenle a cualquier funcionario del hospital qué no es el hospital y verán que cualquiera dirá que el hospital no es un edificio”.

Contaba también el carismático Dr. Aguirre, casi ingenuamente, casi intuitivamente, que su estrategia para el mejoramiento de la satisfacción del paciente es perdirles a todos y cada uno de ellos que cuenten sus historias personales que han tenido en el hospital.

Él no lo sabía, pero dentro de su burbuja hospitalaria, estaba siguiendo la estrategia de marketing de storytelling.

 Javier Diaz, en su artículo “10 Claves para hacer Storytelling Efectivo y cautivar a tus Clientes” publicado en negociosyemprendimiento.org, nos habla acerca de 11 secretos (el último es un bono) a voces (fundamentos, pienso yo) infaltables a la hora de hacer storytelling:

        I.            Definir un público objetivo.

      II.            Generar emociones.

    III.            Mantener la sencillez, ya que la sencillez es igual a sofisticación.

   IV.            Crear personajes que generen empatía y se conecten con la audiencia.

     V.            Añadir un poco de humor.

   VI.            Crear escenarios en los que tu público objetivo se sienta identificado.

 VII.            Nunca olvidar los detalles.

VIII.             Llevar las emociones de la audiencia al límite.

   IX.            No contar la historia completa, dejar algo para la imaginación.

    Invitar a la acción.

   Interacción y transmedia, desde la cual se abre el camino a la interacción del usuario con la marca a través de varios lugares distintos, por ejemplo, la televisión, las redes sociales, los códigos QR, entre otras.

Supongo que lo que quiero decir es que, en el amor como en el storytelling: el juego de la seducción inicia conociendo al objeto del deseo, enamorarlo, llevarlo a la locura. Invitarlo a lugares románticos, hacerlo reir, cuidar los detalles, interactuar con él por todos los medios posibles y, finalmente, invitarlo a la acción.

Por eso me encanta el storytelling, por que siempre me invita a sumergirme en otra historia y, al hacerlo, vivo a través de los ojos de otro.

















*


EL BUEN MARKETING UNA EXCELENTE INVERSIÓN. Por Maurel Suaza Arias

El marketing estratégico es parte del análisis de las necesidades de los individuos y de las organizaciones. Al comprar un producto el consumidor busca la solución a un problema o el beneficio que puede proporcionarle, y no el producto como tal igualmente, el conocimiento de los recursos y capacidades de la empresa constituye un aspecto fundamental de la metodología para alcanzar ventajas competitivas sostenibles a largo plazo. |En línea|[1]

Cuando se menciona la palabra Marketing, pueden venir muchas cosas a la mente, pero la que nos describe de manera correcta este concepto cuando de un buen marketing nos referimos es la forma de satisfacer  “manipular” la mente de las personas .Las necesidades varían y depende de dónde se miren; si es desde compañía (en donde se maneja un lenguaje del dinero) o desde el usuario (se maneja un lenguaje del beneficio). Entonces ¿Cómo abordaríamos el marketing desde una compañía?

Al referirme al buen marketing, me refiero a contar con  una estrategia debidamente evaluada que permita identificar qué acciones son las más razonables, y el objetivo por el cual se ejecutan, enfocadas a cumplir el deseo del cliente, tal deseo no corresponde al mismo concepto de cumplirle una necesidad, el deseo es una cosa que a la persona le gustaría tener o experimentar y que no son  es básica para el ser humano puesto que el no tenerlas no le hará perder la calidad de vida o la vida misma. Por otro lado, las necesidades hacen referencia a las cosas esenciales para la supervivencia del ser humano, es decir son elementos que sin ellos no se podría vivir.

En el marketing las compañías necesitan hacer realidad la esta frase bastante común en la jerga popular ¡Tus deseos son órdenes para mí!, la cual considero bastante cierta en el mundo del mercadeo; puesto que si una compañía logra identificar qué desea su cliente y así mismo cumplir ese deseo; cuenta con amplia posibilidad de llegarle al corazón haciendo que tome la decisión de adquirir el producto o servicio sin buscar más opciones. Haciendo marketing la organización busca un óptimo retorno de la inversión realizada, donde se logre evidenciar un cambio en el comportamiento de la gente con el uso eficaz de los recursos materiales y humanos que puedan medirse y evaluarse como resultado final.

Ahora bien, para que esto sea posible es importante ampliar la visión y mirar más allá de lo evidente, ¿a qué me refiero?; mirar más allá de lo evidente se asocia a involucrar aspectos que hacen parte de la vida del consumidor,  como la cultura, la región, los valores, el entorno, la familia, la moda, entre otras; puesto que sin ser competidores o aspectos directos que afectan el mercado, corresponden a influencias que dentro del marketing no existe justificación alguna para dejarlas pasar por alto, pues el entorno es cambiante e influyente haciendo que las personas de una u otra forma modifiquen comportamientos y pensamientos, adoptando mercados que quizá en otros tiempos no se esperaban.

Contar con el consumidor previamente a las decisiones a tomar hace parte del éxito de las compañías, este proceso se puede realizar de forma periódica los múltiples deseos y gustos de los consumidores se ajustarían de tal forma hasta lograr satisfacer al cliente. Muy de la mano vienen los objetivos de la compañía y el cumplimiento de estos a través de la  implementación de diversas herramientas y estrategias que contribuyan a “involucrar” al consumidor en el deseo por adquirir un producto o servicio. No está de más resaltar que en el marketing la clave es ir más allá de  lo evidente sin adelantarse a lo desconocido pero, abordando al cliente desde otros puntos de vista que den valor agregado a la compañía por su compromiso y entrega, por su costo y calidad, por su especial interés por el cliente y respeto con que se dirige a este y por otras tantas cualidades que conquistan al consumidor; el cliente esto lo valora, le agrada y lo hace manifestar a otros de forma involuntaria su satisfacción y gusto; haciendo parte de la cadena de publicidad de forma inconsciente hacia la compañía.

Ahora bien, la  vida cotidiana del ser humano, requiere de atención constante por las compañías para generar en el cliente el deseo de un producto, para tal  fin es necesario que las organizaciones manifiesten un compromiso constante, a través de sus colaboradores, políticas, valores; donde la gente de la compañía la sienta como propia, así  mismo transmita aspectos positivos a los clientes interrelacionando tecnología con satisfacer un deseo,  pues los  procesos son cambiantes asumir la transición requiere de constancia e innovación, especialmente ante la incertidumbre de situaciones externas que pueden influir de forma positiva o negativa en el negocio. Adicional a esto los consumidores esperan que sus compañías hagan más de lo que ellos quieren y lleguen a  mostrar nuevas cosas para tomar la decisión frente a experiméntalas o no; el cliente siempre está dispuesto a escuchar, y probar otras opciones con el fin de satisfacer el deseo con mejores ofertas, ojala las mejores del mercado en cuanto a precio y calidad.

El desarrollo de objetivos de la compañía de forma ordenada permite evidenciar resultados de un proceso , esto mismo debe ocurrir en el marketing, es decir tener claridad de los aspectos a evaluar y desarrollar, definiendo quiénes participarían de tal desarrollo y en qué medida está dado el compromiso por cada una de las partes de la compañía, puesto que aspectos negativos que sean percibidos por el consumidor pueden hacer que este cambie de decisión, se incline por otra elección o que realice una promoción del producto o servicio desfavorable afectando el los logros ya obtenidos por la compañía en cuanto a Marketing.

Toda compañía dentro de sus procesos enfoca esfuerzos para lograr reconocimiento, posicionamiento, para ello es necesario conocer de la competencia, y proponer al mercado nuevos horizontes frente a las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas identificadas  en el otro con el fin de buscar para el propio producto diferencias que den valor agregado en el momento que el consumidor decida adquirirlo.

Las empresas deben ser conscientes que el buen marketing se proyecta partiendo de una buena planeación, planificación, estrategia, ejecución en pro de crecimiento, a través de las respuestas de la comunidad  las cuales son evidencias del continuo cambio al que se enfrenta el mundo comercial con el transcurrir de los días. El buen marketing  de una compañía para enfrentar el  mercado puede ser una de las formas más seguras, sin embargo está claro que no existe una estrategia para el marketing, pero es posible identificar qué acciones son las más razonables, y el objetivo por el cual se ejecutan, basados en la planeación estratégica que permita llegar a un crecimiento de la compañía con relación a estrategias publicitarias.

Resalto algunos puntos que son clave para el marketing de las compañías; en primer lugar realizar un estudio de mercado y definir las prioridades para este donde se promueva a través de diferentes medios publicitarios que lleguen a los consumidores de forma estratégica en pro de los objetivos, generando de esta manera ventaja sobre sus competidores, y así lograr el mejor desempeño y utilidad posible, a aspectos que serán siempre considerados como el fin principal de cualquier organización, en segundo lugar el cumplimiento de los objetivos radica en qué tanto crees en esta, la proyección de la misma pero sobretodo el interés por  su gente, aquellos que apoyan y realizan esfuerzos por ejecutar las ideas para alcanzar las metas propuestas;   por último pensar en el cliente como su principal propósito de trabajo generando mejores capacidades competitivas en el mercado que permitan transcender en el tiempo llegando a convertirse casi en una necesidad.

El  marketing está definido para ser aplicado en cualquier compañía indistintamente del producto o servicio que oferte, lo que siempre debe garantizarse es tener factores que la hacen diferente y es valorada por los consumidores y empresas de la competencia, el gran objetivo es a largo plazo donde se obtenga valor agregado que sea el punto de satisfacción para los clientes y la compañía. Estratégicamente las compañías requieren identificar amenazas para evitarlas y oportunidades para alcanzar.




[1] http://www.gestiopolis.com/marketing-estrategico |En línea 28 Noviembre de 2016|


lunes, 24 de octubre de 2016

Trade Marketing y las promociones al canal. Lizette Mogollón Bernal

Las multinacionales más reconocidas a nivel global son empresas que en su trayectoria se han caracterizado por ser empresas orientadas al cliente, esto se ve reflejado desde la forma como está definida su estructura organizacional puesto que tienen una cultura de empresa orientada al cliente en todos los niveles de la organización, hasta la forma como son capaces de crear una atmósfera que reconforte al clientes, en la que disfruta y se identifique con el objetivo de fidelizarlo. Asimismo son compañías que se interesan en generar productos y procesos que se adaptan a las necesidades de los clientes.

Desde los años 90, éstas compañías han tenido que colaborar y alinearse con las estrategias operacionales y de marketing del canal para poder prosperar, olvidarse de las estrategias de llenado de canal “push” y convertirse en socios de negocio, desarrollando relaciones de negocio a negocio “Business to Business”; de esta forma es cómo surge el gerenciamiento de cuentas “KAM”, los planes colaborativos de negocio, los equipos multifuncionales (Blasio, 2016).

Tradicionalmente el área de mercadeo se encarga de definir las estrategias para generar valor para sus clientes, así como establecer vínculos duraderos entre la empresa y los clientes, son los que velan por establecer cómo se va a entregar la promesa de valor al cliente. Teniendo en cuenta que son muy pocos los fabricantes que venden su producto de manera directa, la mayoría utilizan un canal de distribución, que en términos teóricos es un conjunto de organizaciones independientes que ayudan a que un producto esté disponible para su uso o consumo por el consumidor o el usuario empresarial (Jacobs, 2008) Es así como, sumado a la creación de los “KAM” mencionada anteriormente, surgen las áreas de trade marketing como los encargados de ejecutar las estrategias de marketing con los socios hacia abajo de la cadena de suministro, para esto deben partir del análisis y entendimiento de cuáles son las necesidades del canal y, más importante aún, cuál es la forma más rentable para el distribuidor pueda llegar al cliente final. En Latinoamérica, tanto los “KAM” como trade marketing atienden también al canal tradicional, ya sean mayoristas, medio mayoristas o, directamente, tiendas/farmacias de la esquina

En muchas de estas empresas orientadas al cliente, las áreas de trade marketing tienen un alcance táctico limitado a promociones/”merchandising” en punto de venta, se interesan por posicionar a la empresa como proveedor preferido entre los diferentes miembros de canal, “shopper marketing” colaborativo, desarrollo de canales alternativos, entre otros (Blasio, 2016).

Si bien es cierto que el desarrollo y ejecución de promociones, considero que en estas empresas cobra relevancia la importancia de ofrecer promociones dirigidas bien sea al canal o al cliente final. A principios de los noventa la promociones eran solo cuestión de las empresas consumo masivo, quienes se encargaban de contratar a las agencias que les ofrecían personal de promotoría y  ejecutaban promociones dirigidas en su mayoría al cliente final, pero no tenían en cuenta ofrecer promociones dirigidas a los distribuidores, es por esto que el  área de trade Marketing, desde la perspectiva del fabricante, debe enfocarse en desarrollar promociones “Business to Business” dirigido a los canales de distribución.

La cuestión está entonces en que a la hora de definir las promociones de ventas surge el interrogante que lleve entender qué se debe tener en cuenta para definir el paquete de promociones que se le ofrecerá al distribuidor, ya que toda decisión que se tome acerca del canal de la empresa afecta de manera directa cada decisión de mercadeo, la estrategia con el distribuidor dependerá  de lo que defina la compañía en conjunto con el área comercial ya que es un área directamente alineada con los objetivos de ventas de la empresa, son áreas que están en función de alcanzar beneficios mutuos, que en su mayoría están dirigidos al alcance de la meta de venta de un periodo especifico.

Para el área de trade marketing, en cuanto a la definición de las promociones se refiere lo primero es tener claro, cuál es el objetivo de la promoción, la oportunidad de tamaño de mercado y cómo a qué segmento va  dirigido, esto con el fin de asegurar que el bien o servicio se suministre de forma adecuada y suficiente (UNAD, 2006). En términos generales el objetivo de desarrollar promociones de ventas está dirigido a combatir esfuerzos de comunicación y promoción de las marcas de competencia o a eliminar existencias: retirar artículos dañados, obsoletos o con muchas existencias.

En cuanto a los posibles objetivos que se tienen a la hora de definir las promociones de venta y que estas estén alineadas con la estrategia de la compañía o unidad de negocio, se encuentra: aumentar el nivel de consumo de los actuales clientes del producto: modificar los patrones de consumo del bien promocionado para que lo utilice con mayor frecuencia, estimular a los consumidores a que compren la marca o cambien de marca: que el consumidor prefiera el producto con respecto a las otra marcas, incentivar la recompra y la lealtad hacia la marca, motivar al consumidor a que promueva la marca entre los consumidores, trasladar los inventarios de producto al consumidor: incentivar al consumidor a que compre cantidades del producto que no compra normalmente (Molinillo, 2012).

Luego de esto considero que es fundamental determinar cuál va a ser la acción promocional especificando el contenido, describiendo las actividades y responsables para cada una detallando el calendario de ejecución, se aconseja  hacer un testeo de la oferta con un distribuidor en específico, ya que ayudará a mitigar el riesgo de la oferta. Igualmente, estas deberán ser usadas en momentos específicos del clico de vida de los productos o de los canales de comercialización pues tendrán respuestas distintas por parte de los compradores en función de las circunstancias en las que se ofrezcan a los clientes (Baena, 2016)

De igual forma, el momento de definir la promoción se debe ver a los distribuidores, no solo como el medio de llegar a los puntos de venta sino también, como un aliado estratégico que debe ser el medio que transmita el mismo valor que tiene la compañía y la forma como maneja sus marcas hacia el usuario final, esto también apuntará a saber en qué momento implementar una promoción ya que estas de alguna forma pueden mal acostumbrar al cliente y generar que únicamente compren cuando hay una promoción, esto ocurre especialmente con las promociones que son entregadas en el precio, puesto que si no se planean de una forma estratégica generarán que el canal solo realice compras anticipadas cuando está vigente la oferta afectando a corto y mediano plazo las compras futuras.
Entre otros de tipos de promociones de ventas dirigidas al canal, también se encuentran, la promoción con incentivos relacionados a la oferta que puede utilizar el fabricante pero también los mayoristas para estimular al detallista, como por ejemplo el descuento monetario por volumen de compra los descuentos o concesiones por exhibición del producto en el punto de venta, otro tipo de incentivo económico o financiero que se entrega por una determinada acción comercial: negociaciones de precios, negociación de plazos de pago, primas de descuento, codificación de nuevos productos, así como otros incentivos no monetarios: tomas de punto de venta, rifas, sorteos, busca promover la imagen y aceptación de los productos (Lhermie, 2012).

En mi experiencia en el área de trade marketing probablemente ya he utilizado todos los tipos de promociones mencionados anteriormente, sin embargo recientemente encuentro con gran interés las promociones de inclusión que si bien como menciona  sus autor, son las más difíciles de diseñar me han ayudado a responder uno de los principales interrogantes que tengo en el día  a día y es de qué forma puedo hacer que con las promociones que estoy diseñando para el cliente final voy no solo a afectar al venta en el corto y mediano plazo sino que esta pueda convertirse en una venta orgánica del producto que se encuentra en promoción.

Teniendo en cuenta que son las promociones que ofrecen menor respuesta de corto plazo, de igual forma son las únicas que aseguran fidelidad en el largo plazo por parte de los clientes dado que las promociones mencionadas anteriormente solo inducen a una compra de oportunidad pero no aseguran que esta se repita una vez se haya pasado el tiempo para ellas. Considero que las promociones de inclusión que incluyen los bonos de descuentos en compras futuras, pueden funcionar con éxito en el los negocios industriales más que en los de consumo masivo ya que al darle al cliente poder recibir una compensación que se vea reflejada en su rentabilidad, es un beneficio que no recibe fácilmente con otro tipo de promoción.


Más allá de lo táctico a lo que puede referirse el desarrollo y ejecución de promociones al canal por parte del área de trade marketing, considero que deben implementarse orientadas hacia aumentar el valor del proveedor o fabricante en el canal de distribución y en la satisfacción que se están entregando al cliente final,  ya que esto aumenta los valores individuales de por vida del cliente y el valor capital de clientes total de la compañía. Un capital de clientes incrementado, en relación al costo de las inversiones de marketing asociados a la promoción, determina el rendimiento positivo en el largo plazo para la compañía.

Por otra parte, el resultado de este trabajo en conjunto con el canal, para una empresa orientada al cliente, el éxito se verá reflejado en el efectos de corto plazo que se cause durante el periodo promocional, con respecto al volumen de ventas, el efecto  que pueda tener sobre la sustitución de marcas de la competencia y la Expansión de la categoría de en el portafolio de productos. A Largo plazo los efectos serán cantidad comprada, incrementar la tasa de re compra, fidelidad y expansión de la categoría del producto. Así como los efectos sobre la marca promocionada, efecto sobre la venta de productos sustitutos, efectos sobre la venta de productos complementarios, efectos sobre las ventas de productos no promocionados y que no se catalogan como un producto complementario y efecto sobre el tráfico o flujo de personas que aducen al del mayorista. (Lhermie, 2012).

Para concluir, cualquier promoción de ventas siempre debe apuntar finalmente a aumentar las ventas, incrementar la cuota de mercado, favorecer la imagen y valor de marca, aumentar los beneficios y rentabilidad. Se puede medir el éxito de la promoción de ventas con cualquier de estas variables, estas medidas captan no sólo el desempeño actual de marketing, sino también desempeños futuros que sean el resultado de unas relaciones más fuertes con los clientes. Del mismo modo, no se debe olvidar que para que estás sean implementadas adecuadamente se debe elaborar el presupuesto de la actividad promocional teniendo en cuenta la inversión y los gatos para su ejecución, Ejecutar la campaña promocional definiendo el sistema de control estableciendo un programa de seguimiento y cumplimiento de objetivos




Bibliografía


Baena, R. (2016, Enero). Running Bunisesses. Obtenido de: Tipos de promociones y el momento de usarlas: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2016/01/tipos-de-promociones-y-el-momento-de.html
Blasio, O. (2016, Abril). www.Merca20.com. Obtenido de: Trade Marketing: más allá de lo táctico: http://www.merca20.com/trade-marketing-mas-alla-de-lo-tactico/
Jacobs, A. C. (2008). Administracion de Operaciones , produccion y Cadena de Suministros. .Mac Graw Hill. Duodecima Edicion.
Lhermie, M. P. (2012). Distribucion Comercial. Madrid: ESIC Business School.
Molinillo, S. (2012). Distribucion Comercial Aplicada. Madrid: ESIC Business School .
UNAD (2006 Selección del tipo de canal. Obtenido de:
http://datateca.unad.edu.co/contenidos/256594/256594_MOD/213seleccin_del_tipo_de_canal.html


domingo, 24 de julio de 2016

FELICIDAD DE LOS CLIENTES DE ORDEN INSTITUCIONAL por: Carolina Salazar

En los últimos años hemos visto como las empresas están reinventando su manera de llegar y comunicarse con los clientes. Los avances tecnológicos y el acceso a la información de manera instantánea han convertido a los consumidores en personas más exigentes, analíticas y en clientes que basan sus decisiones de compra la mayoría de veces por la conexión emocional o identificación que la marca o producto les genere.
La competencia está a la luz del día las empresas hoy se enfrentan para ganar la fidelidad y preferencia de sus productos. Pero los clientes buscan productos y/o servicios que más allá de satisfacer una necesidad los haga felices, es por esto que las organizaciones han adoptado diferentes herramientas y estrategias enfocadas al servicio al cliente, con plataformas CRM, reinventando la forma de comunicarse pre y post venta o campañas desarrolladas en los medios sociales para conocer más de cerca a sus consumidores. Pero ¿La felicidad de los clientes de orden institucional no es de mayor relevancia pues a estos, lo que realmente les interesa es que los bienes o servicios que adquieren les funcionen y/o les haga ganar dinero?

Para explicar la felicidad en todos los tipos de clientes, debemos entender que las compañías como primera etapa están generando cambios a nivel interno, desde sus puestos de trabajo, ya que parte determinante del éxito de un negocio es que los empleados o colaboradores trabajen en un entorno agradable, todo el positivismo y felicidad que se genere es lo que transmitirán a sus clientes. De acuerdo a Rubén Baena (2015) los ejecutivos deben ser capaces de:

  1. Reconocer lo bueno y buscar los elementos positivos de sus compañeros de trabajo y situaciones.
  2. Debe ser agradecido con las personas que interactúa, expresándolo con palabras claras teniendo buenos deseos.
  3. Debe evitar la información, ambientes y personas tóxicas que no aportan a su felicidad.
  4. Debe proyectar una imagen de triunfo, preocuparse por su salud y aspecto físico
  5. Y por último debe compartir el éxito con los demás, hacer partícipe a su equipo de trabajo para generar un efecto positivo sobre ellos.
Estas características son las que identifican líderes, personas dentro de las organizaciones que generan cambios positivos dentro sus ambientes de trabajo, lo cual puede motivar a que otros


colaboradores hagan más de lo esperado transmitiendo entusiasmo a los clientes, desarrollando y proporcionando mejores productos y servicios.

“Una base de empleados leales constituye un activo valioso para cualquier organización, empleados desleales pueden revelar secretos comerciales y no darán un buen trato a sus clientes.” (V. Kumar, 2015). Las empresas han logrado comprender que sus empleados son una gran inversión que pueden cultivar y potencializar para mejorar los resultados en las ventas, después de todo son la cara del negocio.
Como segunda etapa las organizaciones están trabajando por entender lo que quieren los clientes. El consumidor de hoy es más inteligente y complejo, se encuentra hiperinformado y debe correr tan rápido como la información que lo persigue; por esto la estrategia de éxito debe surgir del conocimiento profundo de sus necesidades, las marcas pueden conectarse con sus clientes y pueden ofrecer algo mucho más que la diferenciación funcional. (Klaric, 2012)

Según Ruben Baena  (2015) el cliente espera de sus vendedores 6 puntos fundamentales:

  1. Soporte, es importante que el vendedor no abandone al cliente luego de haber realizado la venta, es importante que ellos sientan un acompañamiento continuo sea físico o virtual, esto genera confianza y consolida la relación vendedor-cliente.
  2. Entender las necesidades, el vendedor debe conocer las motivaciones de compra principales de sus clientes.
  3. Estar disponible, el cliente debe sentir la confianza que el proveedor estará facilmente al alcance de cualquier eventualidad, mostrando todas las posibilidades para ser contactado.
  4. Resolver problemas, el cliente necesita sentir el acompañamiento, que puede contar con su proveedor para resolver cualquier circunstancia que surga en el camino.
  5. Que este de su lado, que vigile los intereses de su cliente sin perder la identidad de su compañía.
  6. Diseñar la alternativa correcta, los clientes esperan que su proveedor sea honesto y claro con ellos frente a los reales potenciales del producto sin necesidad de engaños.
De acuerdo a lo anterior mencionado estos puntos consideran una ventaja sustancial al momento de llegar a los clientes. La cantidad de información a la que están expuestos y poder acceder en tiempo real a esto, los hacen clientes más críticos en el momento de la elección de compra. Pero sabemos que esto puede variar dependiendo el tipo de consumidor al que nos estamos enfrentando.

En el caso de los clientes institucionales si bien sabemos ellos manejan procesos y políticas de compra muy diferentes referentes a otros clientes. Los vendedores no deben desconocer que esto implica estar atento a los cambios constantes en el entorno comercial, establecer excelentes relaciones con todas las partes involucradas en la toma de decisiones y de esta manera adelantarse a sus necesidades.

La preparación y capacitación continua es fundamental y no solo en temas referentes a ventas sino a entornos económicos, políticos y sociales que puedan afectar sus intereses, esto permitirá que tengan criterios y opiniones claros sobre lo que pasa a su alrededor. De esta manera el vendedor podrá ver oportunidades de afianzar lazos entre el cliente y el servicio de su compañía. Todos los clientes no son los mismos, si bien manejan el mismo proceso de ventas, la preparación de las visitas debe plantearles interrogantes que permitan conocer el tipo de cliente que es, necesidades, estrategias, intereses, procesos de servicios, sus clientes que valoran, que buscan y que esperan de sus proveedores etc… Conocer estas inquietudes y requerimientos ayudarán a estructurar un plan de acción para codificar la información del tipo de productos y servicios a ofrecer para atender todas y cada una de las necesidades; que ellos sientan que están solucionando sus problemas, aumentando su productividad y mejorando sus niveles de calidad.

Los clientes empresariales buscan relaciones a largo plazo requieren de proveedores estables que no recurran desgastes administrativos al estarlos cambiando. Las decisiones de compra en este tipo de clientes están dadas por varias personas que influyen o decidan, por esto es tan importante llegar a todos los niveles para conocer quiénes son los principales influenciadores en la compra y no obstante, los procesos suelen ser largos así que establecer una relación cercana es la mejor opción, pues se requiere de mucha información para cerrar la venta; se debe generar una relación de confianza. Para estos clientes es importante el servicio y el respaldo pues ellos no invertirán dinero si perciben riesgo en sus proveedores a falta de un servicio postventa o un resultado deficiente, ellos están bajo la mirada de numerosas entidades que pueden cuestionar sus procesos de compra.
Sabemos que en su mayoría estos clientes para generar procesos de compra incluyen licitaciones de las cuales las condiciones son las mismas para los proveedores oferentes. Pero el hecho de conocer las necesidades de los clientes y saber qué es lo que ellos esperan de los proveedores, es una ventaja sustancial para la oferta de productos y servicios que se les pueda presentar, generando una relación de confianza y respaldo, antes durante y después de la venta.

En conclusión, la globalización, los entornos económicos, la era digital y el acceso a la información han formado un consumidor más crítico que ya no se conforma con solo satisfacer sus necesidades sino sentirse feliz, identificado y conectar con los productos y/o servicios que adquiere. Las empresas están realizando cambios dentro y fuera de sus organizaciones pues son conscientes que un ambiente laboral feliz y positivo es la mejor estrategia de lealtad y fidelización de su cliente interno, que a su vez transmitirá esta seguridad y confiabilidad a sus clientes, generando impactos positivos que se van a ver reflejados en los resultados en ventas.
En segundo lugar, comprendieron que no solo deben conformarse con satisfacer la necesidad básica establecida por el cliente, sino que requiere de un conocimiento, acompañamiento y respaldo en todas las etapas de la venta. Si bien es cierto los clientes institucionales basan la toma de decisiones de manera racional y no emocional, pero una estrategia honesta y transparente que genere confianza, acompañamiento y respaldo por sus proveedores influenciará en la toma de decisiones, en camino de consolidar relaciones de negocios a largo plazo.

La felicidad para estos clientes está basada en que tengan proveedores de confianza y respaldo que encuentren respuestas efectivas y a tiempo a eventualidades que puedan surgir en el camino de los negocios y que estos servicios y/o productos ofrecidos por su proveedor generen impactos positivos en el crecimiento y rentabilidad de su organización.

 







Referencias

Baena, R. D. (30 de octubre de 2015). Rrunningbusinesses.blogspot. Obtenido de Rrunningbusinesses.blogspot: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/10/la-gerencia-de-la-felicidad-como.html
Baena, R. D. (26 de julio de 2015). runningbusinesses.blogspot. Obtenido de runningbusinesses.blogspot: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/07/lo-que-esperan-los-clientes-de-sus.html
Klaric, J. (2012). Estamos ciegos. Perú: Planeta Perú.
V. Kumar, A. P. (2015). Medilr los beneficios de la implicación de los empleados. Harvard Deusto, 42-48.




miércoles, 20 de julio de 2016

LA IMPORTANCIA DE LA FELICIDAD DE LOS CLIENTES INSTITUCIONALES por: Ana María Cifuentes Rodríguez

“Recuerda que lo más importante respecto a cualquier empresa, es que los resultados no están en el interior de sus paredes. El resultado de un buen negocio es un cliente satisfecho.” 
Peter Drucker (1999)

El marketing ha estado centrado por décadas en la satisfacción de necesidades mediante productos que entregan beneficios a sus usuarios. Éstos, atraídos por beneficios tangibles o intangibles, utilizan los productos a fin de lograr un mayor nivel de satisfacción según su propia escala de preferencias (J.Stanton, 2007). Sin embargo, el desarrollo de las economías y de sus sociedades ha implicado la democratización de los mercados y por ende la aparición de necesidades de orden superior, en el cual se ha impuesto a la felicidad como el fin mayor en el consumidor de hoy.
Según Sen, (1997), “El modo de hacer que el mercadeo tenga un valor por sí mismo depende de asociarlo con algún estado mental que se tenga por valioso, como el  placer, la felicidad y satisfacción”.
La felicidad, se resume en el concepto que logra conseguir clientes, fidelizarlos y por consiguiente rentabilizar sus procesos de relación con la empresa (Cera, 2012).
El cliente, por otro lado, se ha convertido en el elemento fundamental del sistema, siendo su conservación la clave del éxito empresarial (Barroso y Martín, 1999). El secreto del éxito ya no está en la venta de productos/servicios, por el contrario está en mantener los clientes felices, asegurando una demanda rentable a largo plazo (Bello, Vázquez y Trespalacios, 1996).  Aunque conseguir y mantener clientes empresariales es un proceso completamente diferente al de la venta tradicional que se realiza a personas naturales, tanto los clientes institucionales como los individuales son esenciales para el desarrollo y crecimiento del negocio, su satisfacción debe tener la misma relevancia para las empresas.
Conseguir un cliente feliz es sinónimo de calidad en el servicio y transmisión de opinión positiva; maximizar la experiencia del cliente en cada contacto que tenga con la marca es sinónimo de un óptimo retorno a la inversión.
En un entorno de competencia extrema como en  la actualidad, se ha comprobado que identificar y captar un nuevo cliente, tanto natural como empresarial, puede llegar a costar hasta diez  veces más que retener los clientes actuales; el número de clientes potenciales es cada vez más limitado, y los productos se diferencian unos de otros cada vez menos, lo que dificulta aún más la captación de nuevos clientes.
Ante estos problemas la diferenciación de productos ha migrado hacia el servicio que acompaña al producto y hacia el trato que recibe el cliente, logrando no solo la satisfacción del cliente si no su felicidad con la empresa, producto y/o servicio.
Mantener relaciones a largo plazo y conservar clientes generan una ventaja significativa en los costos de la empresa. En la medida en la que un cliente se familiariza y profundiza en el portafolio de productos/servicios de la empresa, el cliente se vuelve más rentable para el negocio. Los clientes felices se convierten en clientes leales, los cuales compran reiterativamente y requieren de menos esfuerzo de mercadeo que aquellos clientes potenciales que se desean capturar. Los clientes empresariales buscan relaciones a largo plazo; la mayoría de empresas requieren proveedores estables, pues es un desgaste administrativo estar cambiando permanentemente.
La existencia de un grupo considerable de clientes satisfechos es de un gran valor para la empresa. Esto es debido a que los consumidores satisfechos se comportan como prescriptores dentro de su grupo de influencia, lo que supone una excelente vía de comunicación para extender la reputación de la marca; es decir, un foco de información en el mercado ante clientes potenciales, sobretodo en el sentido de conocimiento del producto ya que ofrecerán referencias sobre sus características, funcionamiento etc., haciéndolo conocido incluso antes de probarlo, lo que reducirá en forma considerable el riesgo de la adquisición de un producto nuevo.
Por otro lado, cuando el índice de fidelidad es alto, se refleja en una menor sensibilidad de la demanda ante el precio, lo cual permite a la empresa subir los precios con una mayor libertad y sin que se resientan las ventas.
Además de la reducción de costes, un cliente satisfecho conlleva a un incremento de la productividad del personal de la empresa que trabaja en contacto con los clientes (Berne Manero; Múgica Grijalba; Yagüe Guillén,1996), derivado de la relación continuada con ellos que genera una relación más personal y como consecuencia un mayor interés por contentar al cliente.
Jorge Londoño, presidente de Invamer Gallup, afirma que los clientes no se fidelizan solamente por el beneficio económico sino por el vínculo emocional que sienten con la marca; si bien los clientes buscan beneficios económicos, también esperan estar relacionados emocionalmente con las empresas. Londoño asegura que los esquemas de fidelización de tipo emocional representan un aumento en  promedio del  12%  en las ventas rentables de la empresa, por esta razón, las compañías deberían enfocarse en estrategias de mejoramiento de servicio al cliente desde la parte humana (Revista Dinero, 2010).
Según lo Indica Baena (2015) en su blog “La Gerencia de la Felicidad como herramienta de éxito del ejecutivo PYME”: La felicidad es un producto que las compañías entregan a sus clientes a través de los servicios ofrecidos, y que solo llega a sus consumidores en la medida en la que sus directivos tengan la capacidad para generarla y transmitirla a toda la organización. Así como el Marketing relacional busca fidelizar clientes por medio de la felicidad, el Marketing Interno, considera los empleados como clientes, aplica la misma visión y reconoce que el camino para lograr la motivación del personal no es la imposición o la manipulación sino el incremento de sus niveles de satisfacción con los puestos desempeñados en la empresa.
David Pardey, investigador senior del Institute of Leadership & Management, (Citado por Alcaide, 2010),  indica que los resultados obtenidos señalan que así como los empleados felices hacen clientes felices, de la misma forma se produce el efecto contrario. Para este último autor, la relación empleados felices es igual a clientes felices no debe ser vista como una relación lineal sino como una espiral o, más aún, como una espiral virtuosa: “Cuando se hace bien el trabajo se generan clientes felices que estimulan al personal a trabajar aún mejor, creando clientes aún más satisfechos”.
Pablo M. Smircic señala en su artículo “El valor del cliente interno en la generación de beneficios” (2007): “La satisfacción de los usuarios está directamente relacionada con las personas que los atienden, por más protocolos de actuación que la empresa tenga asignado frente a distintas situaciones, si los trabajadores no están realmente motivados por la tarea que realizan, transmiten esa sensación al cliente aunque sigan la normativa”. No es suficiente con que las organizaciones diseñen e implementen estrategias de acompañamiento, resolución de problemas y  pronta respuesta a clientes, si sus empleados no están comprometidos.
Un buen servicio al cliente puede llegar a ser un elemento promocional para las ventas, tan poderosas como los pueden ser los descuentos, la publicidad o la venta personal. Se ha observado e identificado que los clientes en la actualidad son más sensibles al servicio que reciben de sus suministradores, debido a la mayor competencia que existen en los mercados y las diversidad de estrategias que utilizan para satisfacer a sus clientes, sensibilizándose por ello de buscar la mejor opción en tiempo, dinero y servicio.
Aparte de dar a la empresa una ventaja temporal, la satisfacción del cliente, en general constituye una barrera de entrada ante los competidores, protegiendo a la empresa frente a las acciones competitivas de varias formas, así, sirve de defensa frente a las guerras de precios y promociones agresivas de las empresas rivales y permite disfrutar de cierto grado de monopolio sobre sus actuales clientes debido a que la base de clientes fieles es de difícil acceso para los competidores, además supone un aumento de las barreras de entrada ante las nuevas marcas que puedan aparecer en el mercado.
Para concluir se puede afirmar que la causa que conduce hacia la rentabilidad en las organizaciones empresariales empieza con una adecuada gestión de los recursos humanos logrando una mayor productividad y satisfacción del personal. Sin importar que el cliente sea natural, empresarial o gubernamental, el reto de las organizaciones esta en concentrar sus esfuerzos hacia los  procesos internos relativos a la atención de los clientes, un producto de calidad, una entrega puntual y una logística adecuada, haciendo factible la disminución de costos, obteniéndose una mayor nivel de satisfacción de los clientes , para alcanzar un incremento de ventas , con lo que conjuntamente se llegara a obtener una mejoría en los resultados económicos y financieros y, por tanto en la rentabilidad de la empresa, y correspondiente satisfacción de los accionistas.


REFERENCIAS
Alcaide, Juan Carlos. (2010). Fidelizacion de clientes. Madrid, España: ESIC Editorial.
Baena, Rubén. (30 de octubre de 2015). La Gerencia de la Felicidad como herramienta de éxito del ejecutivo PYME. Obtenido de: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/10/la-gerencia-de-la-felicidad-como.html
Baena, Rubén. (26 de julio de 2015). Lo que esperan los clientes de sus proveedores. Obtenido de: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/07/lo-que-esperan-los-clientes-de-sus.html
Barroso, C y Martin, A, E. (1999). Marketing Relacional. Ed ESIC, Madrid. 11-12.
Bello, A: Vázquez, C y Trespalacios, G. (1996). Investigación de mercados y estrategia de marketing. Ed Civitas, Madrid.
Berné Manero, C.; Mugica Grijalba, J. M.; Yagüe Guillén, M. J. (1996): "La gestión es-
 tratégica y los conceptos de calidad percibida, satisfacción del cliente y lealtad". Econo -mía industrial, n.º 307.
Cera, Rafael. (2012). PuroMarketing: “Happiness Marketing: En busca de la satisfacción y felicidad del cliente”. Obtenido de: http://www.puromarketing.com/44/12268/marketing-busca-satisfaccion-felicidad-cliente.html
Drücker, P.  (1999). Los desafíos de la gerencia para el siglo XXI. Bogotá: Norma.
Revista dinero. (7 de septiembre de 2010). La fidelización: más allá de una motivación económica.  Obtenido de http://www.dinero.com/edicion-impresa/mercadeo/articulo/la-fidelizacion-alla-motivacion-economica/98872
Sen, A. (1997) Bienestar, justicia y mercado. (D. Salcedo, Trad.) Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica.
Smircic, M Pablo. (16 de enero de 2007). Artículo “El valor del cliente interno en la generación de beneficios”. Newsletter Navactiva.

William J. Stanton. (2007). Fundamentos de mercadeo. México D.F. McGraw-Hill/Interamericana editores S.A.