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miércoles, 20 de julio de 2016

LA IMPORTANCIA DE LA FELICIDAD DE LOS CLIENTES INSTITUCIONALES por: Ana María Cifuentes Rodríguez

“Recuerda que lo más importante respecto a cualquier empresa, es que los resultados no están en el interior de sus paredes. El resultado de un buen negocio es un cliente satisfecho.” 
Peter Drucker (1999)

El marketing ha estado centrado por décadas en la satisfacción de necesidades mediante productos que entregan beneficios a sus usuarios. Éstos, atraídos por beneficios tangibles o intangibles, utilizan los productos a fin de lograr un mayor nivel de satisfacción según su propia escala de preferencias (J.Stanton, 2007). Sin embargo, el desarrollo de las economías y de sus sociedades ha implicado la democratización de los mercados y por ende la aparición de necesidades de orden superior, en el cual se ha impuesto a la felicidad como el fin mayor en el consumidor de hoy.
Según Sen, (1997), “El modo de hacer que el mercadeo tenga un valor por sí mismo depende de asociarlo con algún estado mental que se tenga por valioso, como el  placer, la felicidad y satisfacción”.
La felicidad, se resume en el concepto que logra conseguir clientes, fidelizarlos y por consiguiente rentabilizar sus procesos de relación con la empresa (Cera, 2012).
El cliente, por otro lado, se ha convertido en el elemento fundamental del sistema, siendo su conservación la clave del éxito empresarial (Barroso y Martín, 1999). El secreto del éxito ya no está en la venta de productos/servicios, por el contrario está en mantener los clientes felices, asegurando una demanda rentable a largo plazo (Bello, Vázquez y Trespalacios, 1996).  Aunque conseguir y mantener clientes empresariales es un proceso completamente diferente al de la venta tradicional que se realiza a personas naturales, tanto los clientes institucionales como los individuales son esenciales para el desarrollo y crecimiento del negocio, su satisfacción debe tener la misma relevancia para las empresas.
Conseguir un cliente feliz es sinónimo de calidad en el servicio y transmisión de opinión positiva; maximizar la experiencia del cliente en cada contacto que tenga con la marca es sinónimo de un óptimo retorno a la inversión.
En un entorno de competencia extrema como en  la actualidad, se ha comprobado que identificar y captar un nuevo cliente, tanto natural como empresarial, puede llegar a costar hasta diez  veces más que retener los clientes actuales; el número de clientes potenciales es cada vez más limitado, y los productos se diferencian unos de otros cada vez menos, lo que dificulta aún más la captación de nuevos clientes.
Ante estos problemas la diferenciación de productos ha migrado hacia el servicio que acompaña al producto y hacia el trato que recibe el cliente, logrando no solo la satisfacción del cliente si no su felicidad con la empresa, producto y/o servicio.
Mantener relaciones a largo plazo y conservar clientes generan una ventaja significativa en los costos de la empresa. En la medida en la que un cliente se familiariza y profundiza en el portafolio de productos/servicios de la empresa, el cliente se vuelve más rentable para el negocio. Los clientes felices se convierten en clientes leales, los cuales compran reiterativamente y requieren de menos esfuerzo de mercadeo que aquellos clientes potenciales que se desean capturar. Los clientes empresariales buscan relaciones a largo plazo; la mayoría de empresas requieren proveedores estables, pues es un desgaste administrativo estar cambiando permanentemente.
La existencia de un grupo considerable de clientes satisfechos es de un gran valor para la empresa. Esto es debido a que los consumidores satisfechos se comportan como prescriptores dentro de su grupo de influencia, lo que supone una excelente vía de comunicación para extender la reputación de la marca; es decir, un foco de información en el mercado ante clientes potenciales, sobretodo en el sentido de conocimiento del producto ya que ofrecerán referencias sobre sus características, funcionamiento etc., haciéndolo conocido incluso antes de probarlo, lo que reducirá en forma considerable el riesgo de la adquisición de un producto nuevo.
Por otro lado, cuando el índice de fidelidad es alto, se refleja en una menor sensibilidad de la demanda ante el precio, lo cual permite a la empresa subir los precios con una mayor libertad y sin que se resientan las ventas.
Además de la reducción de costes, un cliente satisfecho conlleva a un incremento de la productividad del personal de la empresa que trabaja en contacto con los clientes (Berne Manero; Múgica Grijalba; Yagüe Guillén,1996), derivado de la relación continuada con ellos que genera una relación más personal y como consecuencia un mayor interés por contentar al cliente.
Jorge Londoño, presidente de Invamer Gallup, afirma que los clientes no se fidelizan solamente por el beneficio económico sino por el vínculo emocional que sienten con la marca; si bien los clientes buscan beneficios económicos, también esperan estar relacionados emocionalmente con las empresas. Londoño asegura que los esquemas de fidelización de tipo emocional representan un aumento en  promedio del  12%  en las ventas rentables de la empresa, por esta razón, las compañías deberían enfocarse en estrategias de mejoramiento de servicio al cliente desde la parte humana (Revista Dinero, 2010).
Según lo Indica Baena (2015) en su blog “La Gerencia de la Felicidad como herramienta de éxito del ejecutivo PYME”: La felicidad es un producto que las compañías entregan a sus clientes a través de los servicios ofrecidos, y que solo llega a sus consumidores en la medida en la que sus directivos tengan la capacidad para generarla y transmitirla a toda la organización. Así como el Marketing relacional busca fidelizar clientes por medio de la felicidad, el Marketing Interno, considera los empleados como clientes, aplica la misma visión y reconoce que el camino para lograr la motivación del personal no es la imposición o la manipulación sino el incremento de sus niveles de satisfacción con los puestos desempeñados en la empresa.
David Pardey, investigador senior del Institute of Leadership & Management, (Citado por Alcaide, 2010),  indica que los resultados obtenidos señalan que así como los empleados felices hacen clientes felices, de la misma forma se produce el efecto contrario. Para este último autor, la relación empleados felices es igual a clientes felices no debe ser vista como una relación lineal sino como una espiral o, más aún, como una espiral virtuosa: “Cuando se hace bien el trabajo se generan clientes felices que estimulan al personal a trabajar aún mejor, creando clientes aún más satisfechos”.
Pablo M. Smircic señala en su artículo “El valor del cliente interno en la generación de beneficios” (2007): “La satisfacción de los usuarios está directamente relacionada con las personas que los atienden, por más protocolos de actuación que la empresa tenga asignado frente a distintas situaciones, si los trabajadores no están realmente motivados por la tarea que realizan, transmiten esa sensación al cliente aunque sigan la normativa”. No es suficiente con que las organizaciones diseñen e implementen estrategias de acompañamiento, resolución de problemas y  pronta respuesta a clientes, si sus empleados no están comprometidos.
Un buen servicio al cliente puede llegar a ser un elemento promocional para las ventas, tan poderosas como los pueden ser los descuentos, la publicidad o la venta personal. Se ha observado e identificado que los clientes en la actualidad son más sensibles al servicio que reciben de sus suministradores, debido a la mayor competencia que existen en los mercados y las diversidad de estrategias que utilizan para satisfacer a sus clientes, sensibilizándose por ello de buscar la mejor opción en tiempo, dinero y servicio.
Aparte de dar a la empresa una ventaja temporal, la satisfacción del cliente, en general constituye una barrera de entrada ante los competidores, protegiendo a la empresa frente a las acciones competitivas de varias formas, así, sirve de defensa frente a las guerras de precios y promociones agresivas de las empresas rivales y permite disfrutar de cierto grado de monopolio sobre sus actuales clientes debido a que la base de clientes fieles es de difícil acceso para los competidores, además supone un aumento de las barreras de entrada ante las nuevas marcas que puedan aparecer en el mercado.
Para concluir se puede afirmar que la causa que conduce hacia la rentabilidad en las organizaciones empresariales empieza con una adecuada gestión de los recursos humanos logrando una mayor productividad y satisfacción del personal. Sin importar que el cliente sea natural, empresarial o gubernamental, el reto de las organizaciones esta en concentrar sus esfuerzos hacia los  procesos internos relativos a la atención de los clientes, un producto de calidad, una entrega puntual y una logística adecuada, haciendo factible la disminución de costos, obteniéndose una mayor nivel de satisfacción de los clientes , para alcanzar un incremento de ventas , con lo que conjuntamente se llegara a obtener una mejoría en los resultados económicos y financieros y, por tanto en la rentabilidad de la empresa, y correspondiente satisfacción de los accionistas.


REFERENCIAS
Alcaide, Juan Carlos. (2010). Fidelizacion de clientes. Madrid, España: ESIC Editorial.
Baena, Rubén. (30 de octubre de 2015). La Gerencia de la Felicidad como herramienta de éxito del ejecutivo PYME. Obtenido de: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/10/la-gerencia-de-la-felicidad-como.html
Baena, Rubén. (26 de julio de 2015). Lo que esperan los clientes de sus proveedores. Obtenido de: http://runningbusinesses.blogspot.com.co/2015/07/lo-que-esperan-los-clientes-de-sus.html
Barroso, C y Martin, A, E. (1999). Marketing Relacional. Ed ESIC, Madrid. 11-12.
Bello, A: Vázquez, C y Trespalacios, G. (1996). Investigación de mercados y estrategia de marketing. Ed Civitas, Madrid.
Berné Manero, C.; Mugica Grijalba, J. M.; Yagüe Guillén, M. J. (1996): "La gestión es-
 tratégica y los conceptos de calidad percibida, satisfacción del cliente y lealtad". Econo -mía industrial, n.º 307.
Cera, Rafael. (2012). PuroMarketing: “Happiness Marketing: En busca de la satisfacción y felicidad del cliente”. Obtenido de: http://www.puromarketing.com/44/12268/marketing-busca-satisfaccion-felicidad-cliente.html
Drücker, P.  (1999). Los desafíos de la gerencia para el siglo XXI. Bogotá: Norma.
Revista dinero. (7 de septiembre de 2010). La fidelización: más allá de una motivación económica.  Obtenido de http://www.dinero.com/edicion-impresa/mercadeo/articulo/la-fidelizacion-alla-motivacion-economica/98872
Sen, A. (1997) Bienestar, justicia y mercado. (D. Salcedo, Trad.) Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica.
Smircic, M Pablo. (16 de enero de 2007). Artículo “El valor del cliente interno en la generación de beneficios”. Newsletter Navactiva.

William J. Stanton. (2007). Fundamentos de mercadeo. México D.F. McGraw-Hill/Interamericana editores S.A.

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